Recientemente me preguntaron si compartiría mis ideas sobre algunos de los directores ejecutivos de alto perfil de la actualidad. Supongo que la idea que sustentaba la consulta era que, dado que la mayor parte de mi vida laboral la paso entrenando y asesorando a los directores ejecutivos, o evaluando y evaluando el desempeño de los directores ejecutivos para juntas directivas e inversores, podría proporcionar algunas ideas sobre su desempeño. Pensé que este podría ser un ejercicio interesante, por lo que la publicación de hoy será la pieza inaugural en una nueva categoría titulada Perfiles de CEO. Voy a intentar proporcionar un enfoque de cuadro de mando integral al revisar el desempeño de los CEO afortunados perfilados para que haya conclusiones procesables de cada evaluación. Está invitado a enviarme los nombres de los directores ejecutivos que le gustaría ver perfilados, y si no son un cliente actual o anterior, los agregaré a la cola. Perfil de hoy...Steve Ballmer, director ejecutivo de Microsoft.
Cuando se trata de directores ejecutivos, Steve Ballmer puede ser uno de los directores ejecutivos más controvertidos de los últimos años. No hay mucho término medio con Steve... o eres un gran fan o no. En el lado positivo, Steve ha estado dirigiendo las cosas en Microsoft durante un período de tiempo en el que la tecnología ha estado cambiando y evolucionando más rápido que nunca, y la empresa ha continuado operando de manera rentable bajo su liderazgo. En el lado negativo, el mandato de Steve ha coincidido con el ascenso sin precedentes de Google, la adquisición fallida de Yahoo (y muchas otras oportunidades de fusiones y adquisiciones perdidas), un esfuerzo móvil laborioso y muchas otras iniciativas mediocres. Entonces, esto plantea la pregunta: ¿Steve es un ganador gracias a Microsoft o Microsoft es un ganador gracias a Steve?
Steve Ballmer es una dicotomía viviente, que deja perplejas a muchas personas más inteligentes que yo. Como tal vez sea el caso de la mayoría de las personas, las cualidades más admirables de Steve (su pasión y lealtad a la empresa) pueden ser la causa fundamental de algunos de sus mayores fallas como jefe ejecutivo. Su pasión y lealtad, aunque a veces inspiran y motivan, también lo han llevado a actos flagrantes de arrogancia e impulsividad que han resultado en desastres de relaciones públicas.
No creo que Steve Ballmer siga siendo director ejecutivo de Microsoft por mucho más tiempo... La empresa necesita una nueva perspectiva y un nuevo enfoque que Steve no puede ofrecer.
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