Mi experiencia con la mayoría de los ejecutivos y empresarios es que están totalmente comprometidos y enfocados en el éxito. Como resultado, muchos de ellos tienden a tener un punto ciego importante (traducción: debilidad) cuando se trata de la anticipación de contratiempos. Si bien esto es comprensible, es sin embargo ingenuo, y constituye una falla importante en la lógica comercial de la mayoría de los planes estratégicos. Este es tanto el caso que el aspecto más a menudo pasado por alto de la planificación estratégica es abordar adecuadamente las contingencias como parte del proceso de planificación.
En el texto que sigue, echaré un vistazo más de cerca al valor de la planificación de contingencia...
La realidad que rodea el éxito de cualquier implementación se encuentra entendiendo que no importa cuán inteligente eres, las cosas rara vez salen según lo planeado. Aquellos que planifican con anticipación los cambios en las circunstancias pueden abordar hábilmente los problemas cuando ocurren, mientras que aquellos que deben lidiar con “imprevistoLas circunstancias no tienden a ir tan bien. Los líderes inteligentes ven los obstáculos como una constante en lugar de una variable e incorporan ese pensamiento en su planificación. Cualquier estrategia bien elaborada anticipa obstáculos y factores en múltiples “y si” escenarios. Los líderes que esperan hasta que ocurra un problema para solucionarlo se colocan a sí mismos y a su organización en una gran desventaja estratégica.
Uno de los ejercicios por los que me gusta llevar a los clientes para ayudar a identificar áreas de riesgo es una autopsia, lo contrario hipotético de una autopsia. Si anticipa lo que podría arruinar un plan antes de embarcarse en él, es mucho más probable que tenga éxito en refinar y ejecutar el plan. La velocidad es tu amiga y debes aprovecharla para tu ventaja. La velocidad se ve favorecida por la anticipación y ralentizada por la falta de ella. Los líderes inteligentes harán todo lo que esté a su alcance para evitar que una disminución en la velocidad se convierta en un adversario autoimpuesto debido a la falta de planificación de contingencia.
Mi sugerencia final es que se tome el tiempo de revisar todos los planes de misión crítica para asegurarse de que se hayan implementado los planes de contingencia adecuados. Si encuentra una iniciativa defectuosa o fallida, no permita que su orgullo o ego le impidan hacer lo correcto. Los líderes inteligentes saben cuándo reducir sus pérdidas y hacer los cambios necesarios o necesarios.
barra lateral: Esta publicación se inspiró en una conversación que tuve con Mark Oakes (@MarkOOakes) sobre el origen histórico del término “Plan B.” Según lo contado por Mark, la historia es la siguiente: al barón Von Bismark se le encomendó la tarea de unificar las potencias del eje en la Primera Guerra Mundial. Hizo trabajar a sus ayudantes durante meses preparando el plan de unificación perfecto. Al finalizar, querían ponerlo en acción de inmediato. Bismark dijo: "NO... prepare un segundo plan en caso de que el primero no funcione". Se hizo conocido como 'Plan B' (B)ismark Plan = Plan 'B'
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