En mi último post, escribí sobre las características de un buen proceso. Al revisar el texto de ayer, me di cuenta de que no toqué con suficiente fuerza el factor más importante involucrado en la creación de un mal proceso, que es el proceso por el bien de proceso. Si bien el eslogan de Nike “Just Do It” se ha convertido en parte de nuestra cultura pop, es posible que no siempre constituya la práctica comercial más sólida. No me malinterpreten, siempre he creído que un fuerte sesgo hacia la acción es una cualidad esencial que debe poseer lideres. Habiendo dicho eso, es solo que tomar acción únicamente por el bien de la acción puede crear más problemas de los que resuelve.
Creo que Peter Drucker lo dijo mejor cuando afirmó que "seguramente no hay nada tan inútil como hacer con gran eficiencia lo que no debería hacerse en absoluto". Si tuviera un centavo por cada vez que he visto a una empresa gastar incontables tiempo, energía y dinero mejorando los procesos incorrectos, tendría muchos más centavos...
El método más sencillo para determinar si un proceso es valioso es centrarse en iniciativas que tengan un impacto positivo en las competencias básicas, que afecten visiblemente cliente relaciones o separarlo de la competencia. Es un ejercicio que vale la pena hacer un inventario anual de todos los procesos para determinar cuáles son barreras para la productividad y cuáles la aceleran. Sería mi sugerencia más fuerte que frene las inversiones en procesos que simplemente existen por el bien de la tradición o porque un proceso es el proyecto favorito de un ejecutivo. Línea de fondo…No solo lo hagas, sino hazlo porque vale la pena hacerlo...
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