Nuestro mundo organizacional está constituido y moldeado por el lenguaje. También se accede y se pone a nuestra disposición a través del lenguaje. El lenguaje actúa como el lente a través del cual podemos ver y comprender los desafíos presentados y, posteriormente, darles sentido y brindarles soluciones.
En 1973, Salvador Allende, el presidente elegido democráticamente de Chile, murió en un sangriento golpe de estado. Fernando Flores, entonces ministro de Hacienda del país, fue encarcelado y durante tres años estuvo separado de su esposa y cinco hijos. Salió de la cárcel con una nueva visión y una nueva comprensión de las conexiones fundamentales entre el lenguaje y las acciones. Como él dice, “nunca conté una historia de víctima sobre mi encarcelamiento. En cambio, ¿le conté una historia de transformación? sobre cómo la prisión cambió mi perspectiva, sobre cómo vi eso comunicación, la verdad y la confianza están en el corazón del poder”.
Flores también dijo “En el lenguaje construimos nuestras propias identidades, nuestras relaciones con los demás, los países en los que vivimos, las empresas que tenemos y los valores que apreciamos. Con el lenguaje generamos vida. Sin lenguaje, en su mayoría somos chimpancés”.
Asimismo, Korzybski mantiene nuestra capacidad para resolver problemas complejos y desafíos está limitada por la arquitectura de nuestro cerebro y la estructura de nuestros lenguajes. Para ilustrar este punto, he estado observando a los ingenieros construir un edificio de varios pisos al lado de mi oficina. Han definido planes estructurales a los que hacen referencia y la arquitectura del edificio se está construyendo con precisión, resultados predecibles y plazos.
Por el contrario, los desafíos de liderazgo residen en un lenguaje que proporciona muchos significados e interpretaciones diferentes y sin el mismo nivel de previsibilidad. Entonces, cuando se nos presentan problemas y desafíos, principalmente debido a diferencias en la percepción y el significado, las fallas son difíciles de identificar y corregir.
Lo que se necesita es un marco más preciso, un dominio conversacional que proporcione un contexto para el liderazgo que genere una mayor eficacia y niveles más altos de desempeño.
Creo que el lenguaje es el recurso más poderoso y subutilizado que los líderes tienen a su disposición. Puede articularse como líder, pero si la gente no lo está escuchando o no te entiendo – te estás perdiendo el barco y por lo tanto estás siendo ineficaz.
Los líderes magistrales usan el lenguaje para provocar un cambio en los demás para liberarlos de sus prejuicios arraigados que actúan como restricciones que limitan el problema predominante. Lo que se necesita es reemplazar estas restricciones con nuevos marcos de referencia más poderosos. Esto se puede hacer en el lenguaje, por ejemplo, reformulando un problema como una nueva oportunidad.
Un nuevo cambio de mentalidad puede proporcionar una nueva perspectiva, como una antorcha en la oscuridad que crea un espacio en el que el mundo se muestra de manera diferente. Esto también se puede lograr mediante la creación de una nueva visión del futuro para proporcionar un contexto que nos use poderosamente (influya o dé forma a nuestros estados y acciones) en el presente y dé forma a nuevas soluciones poderosas.
Si el lenguaje es tan central para la vida humana en todas sus dimensiones, entonces parte de nuestro intento de crear una nueva conciencia de liderazgo debe implicar la creación de conciencia, facilidad y competencia lingüísticas. Estamos en un idioma todo el tiempo como un pez en el agua. El siguiente es un marco para volverse más hábil en la observación del lenguaje que se origina en Fernando Flores.
Cinco acciones en el lenguaje:
PETICIONES: Se toma una acción cuando busca la ayuda de otro para satisfacer una preocupación subyacente que tiene. Por ejemplo, "Llame a nuestros 5 clientes principales y programe una reunión para mí".
PROMESAS: Lo que hablas para indicar tu compromiso de cumplir lo que otra persona ha pedido. (“Claro, llamaré a nuestros 5 mejores clientes”). Implica que comprende completamente la solicitud y que es competente y sincero para cumplirla.
DECLARACIONES: Una declaración en la que alguien con la autoridad para hacerlo crea algo que no existía antes. Declaraciones como “Pondremos a un hombre en la luna” o “Desarrollaremos un nuevo producto dentro de 6 meses” tienen el poder de dar forma a nuestras vidas, seguidas de acciones consistentes.
EVALUACIONES: Un juicio que haces sobre el mundo con el interés de tomar alguna acción. Por ejemplo, con el interés de cumplir con nuestro presupuesto, podría hacer la evaluación: "Desde mi punto de vista, estamos en el objetivo porque la mayoría de las ventas llegarán en el último minuto". Por otro lado, “En mi opinión, no alcanzaremos nuestro objetivo para 20% porque acabamos de perder a los 2 principales clientes”. Las evaluaciones rara vez son ciertas.
ASERCIONES: Una declaración que hace para la cual está dispuesto a proporcionar evidencia. Por ejemplo, si digo que hemos obtenido una ganancia de x, puedo mostrárselo en un informe financiero. Vivimos por el acuerdo social de que estas normas contables reflejan con precisión el estado financiero. En otras palabras, una sociedad construye ciertas formas de establecer y afirmar valores comunes, a menudo cuantitativos. Estas afirmaciones viven para nosotros como "hechos": son verdaderas o falsas.
En resumen, las fallas en las acciones del lenguaje generalmente dan como resultado una falla en la comunicación y, en última instancia, en el desempeño de la organización. Afectan las relaciones y causan infelicidad, desacuerdos, estrés y falta de compromiso, lo que en última instancia afecta gravemente el desempeño de la organización. El antídoto es simple. Construir integridad en el lenguaje y mantenerlo como un valor organizacional vivido. Al contratar, busque el carácter y la integridad y dé el ejemplo manteniendo su palabra y animando a otros a hacer lo mismo.
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