El viejo dicho “todo el mundo ama a un comediantelamentablemente ha dado a luz a una época en la que todo el mundo piensa que es un comediante. Lamentablemente, lo que muchos no se han dado cuenta es que el viejo dicho mencionado anteriormente pretendía ser sarcástico... Todos amamos el bien humor, pero la verdad es que todo humor no es bueno. El uso oportuno y apropiado del humor es una ventaja para cualquier líder. Del mismo modo, el humor de mal gusto o en el momento inadecuado puede ser una responsabilidad importante. Como líder, es bastante fácil reírse: su título prácticamente lo garantizará. Por lo tanto, es importante que los líderes se vuelvan hábiles para distinguir la diferencia entre una risa complaciente y una risa sincera. El buen humor puede acercar a las personas, pero el mal humor puede ser uno de los repelentes más fuertes conocidos por el hombre.
¿Escuchaste el del pastor, sacerdote y rabino que hizo paracaidismo? Es broma... La naturaleza misma del humor es que se malinterpreta la mayoría de las veces. Esto hace que el humor sea un arma proverbial de dos filos: puede atravesar las situaciones más difíciles a su favor o cortarlo en su contra. Cuando se utiliza la ligereza para aliviar adecuadamente una carga o aliviar la tensión, se agradece mucho. Sin embargo, cuando se utiliza tu ingenio como arma de humillación o intimidación, estás confundiendo el humor con la arrogancia. Creo que fue Winston Churchill quien dijo: “El humor es una cosa muy seria”. Solo porque encuentras algo divertido, no lo hace así. En pocas palabras, usar el humor para burlarse, menospreciar, socavar o atacar no es buen humor y ciertamente no es un buen liderazgo. Recuerde: muchas lágrimas silenciosas se han escondido detrás de una sonrisa pública.
Un rasgo que constantemente ocupa un lugar destacado entre los líderes más admirados es que tienen la confianza suficiente para burlarse de sí mismos. Cuando los líderes entienden la diferencia entre la falsa humildad (egoísta) y el auténtico humor autocrítico (que beneficia a los demás), las cosas pasan rápidamente de incómodas a graciosas. Los líderes inteligentes han reconocido durante mucho tiempo el mejor remate: ellos mismos. Utilice la ligereza que rodea sus experiencias, errores, fracasos, desafíos, etc., para convertir los momentos de enseñanza en lecciones inolvidables.
Solo porque puedas, no significa que debas hacerlo. La imagen mental de un cojín de gritos en una reunión de la junta puede ser divertida, pero no sería apreciada. Una regla general sería que si algo se ríe en una fiesta de la fraternidad, es probable que no sea apropiado en el lugar de trabajo. Jack Benny dijo: “Las bromas mueren, el humor no”. Sin duda, el humor en el lugar de trabajo es algo complicado, y espero que los siguientes pensamientos te ayuden a evitar que caigas por la pendiente resbaladiza y que tus bromas terminen con un ruido sordo:
Deje sus comentarios a continuación, y si tiene una broma apropiada para compartir, hágalo también. El mejor chiste ganará una copia autografiada de mi libro…
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