6 hábitos de comunicación de los líderes extraordinarios (y cómo manejan los conflictos)

Nos guste o no, en mi opinión, el presidente Obama es el epítome de un maestro de la comunicación. La próxima vez que lo vea en la televisión, observe su uso de estrategias de comunicación, incluido el lenguaje corporal, la inflexión de la voz, los gestos y la capacidad intuitiva para establecer y mantener la confianza.

Comunicación es de vital importancia para la eficacia personal y profesional. En mi experiencia como entrenador y consejero ejecutivo, la mayoría de los problemas de relación, especialmente los conflictos, casi siempre se pueden atribuir a una mala comunicación.

Los siguientes seis desgloses de comunicación incluyen estrategias que los maestros de la comunicación utilizan para una comunicación altamente efectiva. Vea si puede reconocer algunos de ellos en su trabajo y en su vida personal.

1. Solicitudes y expectativas ocultas.

Quieres algo pero no lo pides. Puede ser reacio a preguntar, temer el rechazo o sentirse imponente. De hecho, hacer una solicitud no es una admisión de debilidad y la mayoría de las personas están encantadas de ayudar. Arriésgate a ser vulnerable, ya que esta es una excelente manera de generar confianza y conectarte con los demás.

Comprenda que la persona que recibe su solicitud no es un lector de mentes. La mayoría de nosotros tenemos pensamientos ocultos y, a menudo, no los damos a conocer. Luego, cuando la gente no hace lo que esperas, te sientes decepcionado, resentido y enojado. Muchas veces he observado a personas que esperan que sus parejas o compañeros hagan cosas que no han sido comunicadas verbalmente. Traducir los “debería” en solicitudes claras y precisas dará como resultado relaciones más satisfactorias.

Estrategia uno: hacer solicitudes claras

2. No estar 'sintonizado' con el oyente.

El estado de ánimo y el tono de su discurso afectan al oyente más que las palabras por sí solas. Si eres exigente o pareces débil, es posible que las personas rechacen tus solicitudes y te perciban como arrogante o necesitado. Observa el estado de ánimo que se produce en el oyente de tu petición; ajusta tu estado de ánimo para sintonizarte con el otro y es más probable que obtengas el tipo de escucha que deseas.

Estrategia dos: estar en sintonía y Empatizar con los demás.

3. Promesas débiles

Comprometerse sin tener claro a qué se ha comprometido es una receta para el desastre. Por ejemplo, digamos que su gerente le pide que hable con un cliente. Asumes que se trata de una venta, sin embargo, puede tratarse de una queja. Si no está seguro de lo que quiere el solicitante, aclare la solicitud y no terminará pareciendo estúpido.

Estrategia tres: escuchar y aclarar los hechos

4. No decir no (Rechazo de solicitudes).

Algunos de nosotros decimos que sí a todas las solicitudes. Hemos sido entrenados para complacer a otras personas y ser obedientes. El resultado es agobio, ansiedad, agotamiento y agotamiento. La incapacidad de decir que no es realmente un caso de querer verse bien y la necesidad de ser útil y amable con los demás. Aprender a decir no requiere práctica: comience hoy.

Estrategia cuatro: Declive con respeto y dignidad

5. Romper promesas (Socava la confianza).

Hacer una promesa genera la expectativa de que tomará medidas. Si se rompe la promesa, la persona comenzará a perder la confianza en ti. Es natural que surjan cosas que le impidan completar una acción prometida a tiempo y puede que no sea lo mejor para usted completar la tarea a tiempo. Si simplemente ignora su promesa, está faltando a la integridad de su palabra y demostrando falta de empatía hacia la otra parte. Por el contrario, si comunica que no puede cumplir su promesa y hace todo lo posible para limpiar el desorden, ambas partes mantendrán la relación de manera positiva. Se mantiene la integridad y se fortalece la confianza.

Estrategia cinco: prometer a fondo y limpiar el desorden después de las promesas incumplidas

6. Tratar las evaluaciones como hechos.

Lo que juzgas y percibes como la verdad no es necesariamente la verdad. Incluso la evidencia para respaldar su declaración no la convierte en verdad. Tratar nuestras evaluaciones de la situación como verdad e insistir en que nuestra perspectiva es correcta es la forma en que surge la mayoría de los conflictos. Debemos ser flexibles y aprender a 'poner entre paréntesis' los puntos de vista de otros sin juzgar. Sostener las evaluaciones como si la verdad se presentara como rígida y arrogante y, como resultado, es seguro que se producirá un conflicto. La diversidad y la diferencia es saludable.

Estrategia Seis: Escuche las evaluaciones como 'evaluaciones', no como la 'verdad'.

Me encantaría escuchar sus comentarios a continuación.

 Foto por: mustafakhayat – Licencia de atribución CC

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