Líderes: ¿nacen o se hacen? Si bien hay una respuesta muy simple a esta pregunta, la mayoría de las personas están tan arraigadas en sus creencias que ninguna cantidad de razón o lógica alterará sus opiniones. Pero eso nunca me había detenido antes... Por mi parte, me gustaría intentar poner fin a este debate inútil de una vez por todas. Entonces, ¿cuál es la respuesta? Ambas cosas – Algunas personas nacen con cualidades innatas que las predisponen a ser líderes, y otras personas, aunque no dotadas naturalmente con la capacidad de liderazgo, pueden adquirirla. Además, todo líder, nacido o hecho, puede mejorar su capacidad con ganas, experiencia y esfuerzo.
Eran los presidentes de sus clases, los capitanes de los equipos, los líderes de los clubes y las personas que tenían prácticamente todos los recursos disponibles. puestos de liderazgo se puede imaginar temprano en la vida. Eran esos individuos imperturbables que parecían tener ese factor "eso". Eran los líderes natos con los que todos crecimos.
Antes de continuar, y como advertencia para aquellos que son líderes naturales, la habilidad natural solo lo llevará hasta cierto punto. Líderes que se duermen en los laureles sin hacer el esfuerzo de desarrollar sus habilidades eventualmente será superado por aquellos que ven el liderazgo como una habilidad profesional que debe desarrollarse y refinarse. Como dice el viejo refrán, “lo que importa no es lo que te han dado, sino lo que haces con eso”. Cada persona tiene que decidir por sí misma si tendrá un bajo rendimiento o una persona que sobresale, y dado que serás juzgado por tu elección, mi sugerencia sería que elijas sabiamente.
Continuando, todos también hemos conocido a personas que, aunque tal vez no sean líderes naturalmente dotados, cayeron en el liderazgo o lo aceptaron. responsabilidad, y trabajaron diligentemente para convertirse en líderes altamente efectivos. La perspicacia del liderazgo ciertamente se puede enseñar, y también se puede arraigar en aquellos que están dispuestos a esforzarse por aprender.
Verá, las únicas cosas que impiden que alguien se convierta en un buen líder es la falta de carácter, esfuerzo y deseo. Si esas tres cualidades están presentes, todo lo demás se puede desarrollar. Personalmente, he sido testigo de cómo los tímidos e introvertidos desarrollan presencia, los codiciosos se vuelven generosos, los arrogantes desarrollan un auténtico sentido de la humildad, los tontos se vuelven perspicaces y sabios, las personas que lucharon con la toma de decisiones aprenden sólidas habilidades para tomar decisiones, las personas que carecían de experiencia en el dominio adquieren eso, personas que eran egocéntricas en transición a líderes de servicio, y la lista podría continuar…
Línea de fondo: No es cómo un líder adquiere su habilidad lo que es relevante. Solo importa que posean las habilidades necesarias para el trabajo y que estén dispuestos a aplicar esas habilidades en beneficio de aquellos a quienes lideran. Recuerde, no existe un líder perfecto, ni una única forma correcta de liderar, ni una fórmula única para el liderazgo. Dejemos de perder el tiempo debatiendo si los líderes nacen o se hacen, y enfoquémonos en cómo ayudarlos a ser mejores líderes sin importar cómo llegaron.
Si tiene una opinión sobre el argumento nacido versus hecho, lo invito a compartir sus pensamientos en los comentarios a continuación...
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