El valor es un rasgo que poseen todos los grandes líderes. Tanto es así, que el liderazgo sin coraje es nada menos que una farsa. Permítanme ser muy claro: no estoy abogando por la valentía, arrogancia, o un exceso de arrogancia, sino el coraje necesario para mantener el rumbo y hacer las cosas correctas. De pie detrás decisiones que todo el mundo apoya no requiere mucho descaro. Por otro lado, respaldar lo que uno cree que es la decisión correcta frente a una tremenda controversia es de lo que están hechos los grandes líderes. Creo que fue Aristóteles quien se refirió al coraje como la primera virtud porque hace posibles todas las demás virtudes.
Se necesita coraje para romper con la norma, desafiar el status quo, busque nuevas oportunidades, reduzca sus pérdidas, tome decisiones difíciles, escuche en lugar de hablar, admita sus faltas, perdone las faltas de los demás, no permita que las fallas apaguen su espíritu, defienda a aquellos que no son capaces de valerse por sí mismos y permanezca fiel a sus valores fundamentales. No puedes hacer ninguna de estas cosas sin coraje. El coraje es tener la fuerza de convicción para hacer lo correcto cuando sería más fácil hacer las cosas bien.
El coraje no debe definirse como la ausencia de miedo, eso es ignorancia. El coraje es encontrar la fuerza para seguir adelante en presencia del miedo. En resumen, el coraje no es una habilidad, es una decisión. Aquí está la cosa: todos seremos recordados por las decisiones que tomamos o no tomamos, y el coraje que demostramos o dejamos de ejercer. Los líderes que demuestren valentía constantemente se destacarán de las masas y se ganarán la confianza y la lealtad de aquellos a quienes lideran. Por regla general, la mayoría de las personas se pueden caracterizar por su valentía o por su falta de ella:
Cada día trae consigo un nuevo conjunto de desafíos, y lo mejor que cualquiera de nosotros puede esperar es que tengamos el coraje y personaje respaldar nuestras creencias y convicciones personales independientemente de la opinión pública o el resultado. El valor te hará fiel, donde la falta de él te hará temer. Ya sea que mire hacia atrás en su experiencia personal o en una referencia histórica mayor, encontrará que siempre es mejor defender el coraje que arrepentirse de no haberlo hecho.
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