¿Eres una persona íntegra? Lo más probable es que usted y todos los que lean este artículo respondan afirmativamente. Esto introduce un punto ciego masivo que tenemos en nuestras vidas y organizaciones: el autoengaño, ya que ninguno de nosotros puede decir que tiene plena integridad.
Entonces, primero, ¿cómo definimos la integridad?
El Diccionario del Nuevo Mundo de Webster da dos definiciones de “integridad”: la primera es la cualidad o estado de ser completo o completo; el segundo es ser de principios morales sanos.
La mayoría de nosotros lo definimos como lo último, es decir, ser de principios morales sólidos, viéndolo como una virtud o fortaleza de carácter. Por ejemplo, en 2012 estudio de la Fortaleza del carácter de los líderes por CCL, se encontró que la integridad era el contribuyente más importante para el desempeño ejecutivo de alto nivel, seguido de cerca por la valentía.
Me gustaría sugerir que la primera definición de Webster es más útil cuando se aplica al desempeño de los miembros del personal dentro de una organización porque, mientras que la última definición, es decir, principio moral, es un término confuso que no siempre es blanco o negro; por el contrario, el primero, un estado de ser completo o completo, permite características identificables específicas, que pueden medirse.
Permítanme ilustrar esto más usando la analogía de una rueda de bicicleta. La rueda está íntegra y completa; sin embargo, si quita los radios, daña la llanta o pincha el neumático, entonces no está completamente íntegra y completa. La integridad se ve disminuida.
Por lo tanto, para que una persona u organización tenga integridad, nuestra palabra debe ser íntegra y completa porque todo en nuestra vida se construye en lenguaje.
fernando flores teoriza que las organizaciones consisten en redes de transacciones humanas. Describe cómo estos 'actos de habla' (solicitudes, promesas, ofertas, declaraciones y compromisos de acción) sirven como bloques de construcción para activar compromisos en las organizaciones y forman la base para mejorar actuación.
Sin embargo, una de las mayores barreras para mantener la integridad es el autoengaño, dice el Prof. Michael C. Jensen (Harvard Business School) en su Conferencia UBC. La mayoría de las personas ignoran que no han cumplido su palabra. De hecho, nos engañamos a nosotros mismos. Chris Argyris concluye: “En pocas palabras, las personas siempre actúan de manera inconsistente; inconscientes de la contradicción entre la teoría que defienden y la teoría en uso, la forma en que piensan que están actuando y la forma en que realmente actúan”.
La conclusión es que cuando no haces lo que dices que harás, o cuando otros tienen expectativas poco claras sobre lo que harás, resultará en decepción, falta de compromiso y confianza, y una integridad comprometida. Esto tendrá un efecto negativo en el desempeño organizacional.
Aquí hay cuatro cosas que puede hacer para desarrollar la integridad personal y organizacional.
La integridad es una escalera que sigues subiendo.
Ser una persona íntegra al honrar su palabra es la marca de un líder extraordinario.
¿Pensamientos?
Este sitio web utiliza cookies.