¿Qué tan tonto es tu negocio? A riesgo de provocar la ira de los elitistas corporativos, les propongo que cuanto más tonto sea su negocio, mejor será para usted. La verdad es esa grandes empresas son aquellos que pueden prosperar y prosperar en ausencia de sofisticación. Por extraño que parezca, las empresas que son no depende del talento inteligente, el capital o la tecnología pueden escalar más rápido y más fácilmente que aquellas empresas cargadas con las dependencias antes mencionadas. En la publicación de hoy, compartiré por qué creo que lo tonto es lo nuevo inteligente...
Profundicemos un poco más en el argumento del talento. No estoy sugiriendo ni por un momento que no quieras contratar talento de primer nivel. Sin embargo, estoy afirmando claramente que no quieres depender del talento de primer nivel. Talento es claramente una ventaja siempre y cuando sea un valor agregado y no un requisito comercial. Si el plan de negocios a largo plazo de su empresa requiere la adquisición o retención del empleado súper, entonces su negocio no solo tiene un problema de gestión de riesgos, sino que probablemente no sea escalable. Si su empresa no puede ser operada por meros mortales, debe reexaminar su lógica comercial. Aquí hay una regla general simple: cuanto más grande es la política de hombre clave, menos escalable es la empresa.
El factor tonto no solo se aplica al talento, el capital y la tecnología, sino que también se extiende a lo largo de toda la cadena de valor. Se aplica a su marca, marketing, cadena de suministro y, en última instancia, a su base de clientes. Si su cliente tiene que ser un científico espacial para comprender su propuesta de valor, tiene problemas. Si sus empleados no pueden explicar de manera simple y efectiva lo que hace, tiene problemas.
El último punto que quiero cubrir es el del crecimiento en relación con los negocios tontos. Tanto las empresas escalables como las no escalables pueden lograr un crecimiento y un éxito sostenible. Sin embargo, es importante entender la distinción entre los dos. Si bien una empresa no puede escalar sin crecimiento, una negocio puede crecer sin ser escalable. Si su modelo de negocio requiere un crecimiento de clientes implícito, su negocio podría crecer durante un período de tiempo determinado, pero no es escalable.
La moraleja de esta historia es que, si bien la sofisticación y la complejidad suelen ir de la mano, no tienen por qué ser sinónimos. Concéntrese en reducir las tareas más complejas a los niveles más bajos de la organización, y luego aproveche el talento, el capital y la tecnología mientras evita la creación de dependencias que erosionen los márgenes.
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