¿Alguna vez te encuentras por encima de tu cabeza? Si no, te sugiero que no pases suficiente tiempo en el agua. La verdad es que todos los líderes se encuentran nadando en condiciones difíciles de vez en cuando. La diferencia entre los que se ahogan y los que se vuelven mejores nadadores es poco más que una combinación de actitud y preparación.
Fue TS Eliot quien dijo: "Si no estás por encima de tu cabeza, ¿cómo sabes cuánto mides?" Con el debido respeto al Sr. Eliot, una cosa es superar las zonas de confort y probar sus capacidades, pero otra cosa es sobrevivir para hacerlo. Aquí está la cuestión: los buenos líderes se arriesgan, pero grandes líderes están preparados para el riesgos toman.
La diferencia entre el éxito y el fracaso no se encuentra solo en la asunción de riesgos, sino en la planificación y ejecución que rodea la asunción del riesgo. Hay algo de verdad en el viejo dicho militar de que “la planificación previa adecuada previene el mal desempeño”.
Hace poco fui a surfear en las heladas aguas del noroeste del Pacífico con mi yerno. Era la primera vez que me subía a una tabla de surf en más de 30 años. Me metí en el traje de neopreno (no es un espectáculo agradable) y remé hacia las olas. La verdad es que mi yerno surfeó y estuve dos horas tratando de no ahogarme. Estaba preparado, experimentado y en forma. Él se desafió a sí mismo y estaba por encima de mi cabeza, literal y figurativamente. Él se lo pasó genial, y yo lo pasé muy bien.
Mi experiencia de navegación fue un gran recordatorio de que todo el pensamiento positivo del mundo no superará ciertas realidades prácticas. No me arrepiento de haber surfeado ese día, pero sí de no haber estado preparado para ello. Si bien sobreviví a la experiencia, fue pura suerte. No todos los que se arriesgan sin la debida preparación tienen tanta suerte. No estoy sugiriendo que los líderes no tomen riesgos, sino simplemente que dichos riesgos sean prudentes.
El mayor problema para los líderes no es el riesgo personal que asumen, sino los riesgos a los que someten a los demás. Si bien los líderes tienen la responsabilidad de no correr riesgos innecesarios con aquellos a quienes lideran, también tienen la obligación absoluta de buscar e incurrir en los riesgos necesarios. Muchos líderes toman riesgos, pero los grandes líderes inculcan la ejecución planificada del riesgo necesario como un imperativo cultural. Cuando se fomenta la asunción de riesgos calculados en todos los niveles de la empresa, es un indicador de liderazgo sólido y una cultura sana.
Mi mensaje es simplemente este; en lugar de temer las aguas turbulentas, tómese el tiempo y el esfuerzo de preparar a su equipo para ellas. Entonces, y solo entonces, sal en busca de las grandes olas. Surfeando…
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